El artista circense lleva tres años de gira por China y de niño se interesó por la gimnasia, hasta que un día un amigo lo llevó al galpón de En La Cuerda, que estaba muy cerca de su casa, y se deslumbró con la acrobacia. “Con el tiempo, entre acrobacia, malabares y pulsadas, me fui contagiando, conectando y ahora llevo el circo en las venas”, confiesa sobre los años en que comenzó a entrenar, con solo 14 años. 

“En La Cuerda me dio las bases. Uno piensa que en el circo solo te dedicas a hacer tu número y hay que hacer de todo”, cuenta Liandro, quien luego de entrenar cuatro años en el galpón y participar en montajes como Circo Océano, se embarcó en la gran aventura de vivir del circo. “Pesqué mis maletas y me fui sin que nadie me conociera”, recuerda. Viajó con el Circo de Los Hermanos Fuentes Gasca y por destino llegó a un contrato en China, donde ha construido su fama. 

Mientras clava estacas y se prepara para la intensa temporada de celebración del Año Nuevo Chino, agradece que En La Cuerda le haya pavimentado la experiencia del circo. “En un principio no sabía cómo aplicar lo que sabía de acrobacia. Los chicos me despejaron la neblina y me enseñaron la técnica. Me dieron una motivación y una guía para hacer lo que me gustaba”, dice este artista circense que sueña con tener su propio gimnasio de acrobacia.